El hotel con su nombre quiere recordar las artes custodiadas con amor por el gran museo de San Petersburgo y por eso ha dedicado sus interiores a grandes artistas como Cezanne, o grandes músicos como G. Verdi. Cada habitación tiene el nombre de un artista, siguiendo un recorrido dedicado a la música, con un pequeño rincón dedicado al cine y por esto se celebran de vez en cuando muestras de fotografía, pintura, que contribuyen al recorrido cultural y artístico para obtener una mejor calidad de la hospitalidad. El hotel ha sido reformado con detalles estudiados para proporcionar elegancia y funcionalidad, armonía y tecnología, respeto ambiental y soluciones alternativas energéticas. Un cuidado que va desde las lámparas hechas a mano, a la decoración única y exclusiva con los muebles creados expresamente en madera maciza por artesanos, y llega al sistema informatizado de los servicios.