Ubicado en el idílico pueblo costero de Kamari y a solo 300 metros de la rocosa playa, este hotel combina con armonía un exterior tradicional con todas las comodidades modernas. Los huéspedes que lleguen en coche pueden hacer uso del aparcamiento, mientras que las familias que viajen con niños apreciarán las numerosas instalaciones pensadas para los clientes más jóvenes, como la zona de juegos y la zona infantil de la gran piscina exterior. Todas las habitaciones tienen un balcón o una terraza con impresionantes vistas al mar y a los enormes jardines del hotel, que son el escenario perfecto para un café por la mañana, o una bebida fría en la noche.