Perfectamente situado en el corazón de la ciudad, el hotel está rodeado por muchos puntos de interés cultural y natural. Construido en 2001, este alojamiento, perfecto para turistas que quieran experimentar el auténtico estilo de vida de Laos, ofrece diversidad de actividades y experiencias gratificantes, como donar limosnas a los monjes budistas cada mañana o tomar un té tradicional o un café servido en el balcón privado de la habitación. Cada habitación está decorada con productos y artesanías locales y viene equipada con modernas instalaciones para asegurar una estancia confortable.